El sueño de una noche de verano

…la brisa se desliza serpenteante por la ventana. Ráfagas constantes que hacen vibrar el cristal, que turban las persianas. Las horas de oscuridad discurren inmersas en sueños. La cama parece suspendida en el aire, envuelta en una nube de estrellas. Las sábanas caen sobre el parquet, en un intento de dejarse llevar por la paz narcótica de la oscuridad. Amanece y la radio activa de nuevo las ondas. El descanso ha sido óptimo. El sol levanta el vuelo y una sensación de bienestar penetra en el alma. Las turbaciones del espíritu parecen disiparse tras el sueño. Las inquietudes, miedos y penas despiertan almidonados, enterrados en los recovecos de la mente. Un placer que comienza a desmoronarse después de la ducha, cuando la monotonía vuelve a ocupar sus horas en nuestra vida. El tren se lleva lejos el recuerdo de una noche de felicidad.

...el descanso irremediable del guerrero
...el descanso irremediable del guerrero